- 4 PUERTAS QUE ABRE LA GENEROSIDAD
- por H. Chapa
Desde chicos, el egoísmo es una característica presente en nuestra vida, con la cual crecemos tratando de que no nos domine, pues puede volverse como un “agujero negro”, insaciable y sin luz (un aguero negro es una estrella que genera un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de ella).
La antítesis del egoísmo es darnos a los demás, y esto se puede practicar por medio de la generosidad.
La generosidad es una llave poderosa que además de ayudarnos a vencer el egoísmo dentro de nosotros, nos abre importantes puertas de bendición. Dios ha ordenado poder en la llave de la generosidad.
Cuando usamos la llave de la generosidad se abren a nuestro favor al menos cuatro puertas de bendición.
- La generosidad abre la puerta del INTERES DE LA GENTE
Proverbios 19:6 dice: “Muchos buscan el favor del generoso, y cada uno es amigo del hombre que da”.
Si bien es cierto que muchas veces las personas son convenencieras, interesándose en otros por lo que pueden recibir de ellas, este proverbio señala algo más profundo: Cuando una persona es generosa, ésta es buscada por los demás de forma amigable, con una actitud dócil.
Ganar es mejor que forzar; un refrán dice bien que “a la fuerza ni los zapatos entran”. Hay cosas, como el corazón de una persona y su afecto hacia uno, que no pueden exigirse ni obligarse, solo ganarse, y ganar está en función de darse al otro.
Dar es una mejor práctica del liderazgo. John C. Maxwell en su libro “Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo” comparte la Ley de la Conexión que dice que “los líderes tocan el corazón antes de pedir una mano”.
En el líder más grande de la humanidad, Jesucristo, vemos este principio cuando él mismo dijo que había venido para servir, y no para ser servido (Mt 20:28). A través de su enseñanza y de sanar a la gente de su region, Galilea, su fama se difundió por toda Siria por lo que le traían a quienes tenían dolencias y le siguió mucha gente, no solo de esa región sino del otro lado de las fronteras (Mt 4:23-25).
A través de ir a donde está la persona, preocuparse por su necesidad y darse por medio del servicio, se crea una fuerte conexión que es el base del vínculo del liderazgo.
- La generosidad abre la puerta de NUEVAS CAPACIDAD DEL ALMA
Isaías 54:2 dice: “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas”.
Ser limitados en darnos a los demás, o en otras palabras ser escazos, limita nuestras capacidades; ser generosos, las hace crecer. Frecuentemente se piensa que podemos ser generosos hasta que tengamos muchos recursos que dar, pero el principio es totalmente diferente. En la medida que demos, crecemos, incluso desarrollándose nuevas capacidades en nuestro interior.
Una forma práctica de aplicar este principio es ser generosos por obediencia a Dios. Cuando hacemos de la generosidad un mandamiento que obedecemos, entramos en un proceso de poder divino donde Dios da capacidad al que obedece.
En cierta ocasión Jesús dijo a Simón, su discípulo, que bogara mar adentro y echara las redes para pescar. Simón le aclaró que toda la noche habían estado trabajando y no habían podido pescar nada, en otras palabras, ya habían agotado sus capacidades para poder obtener pesca alguna, sin embargo, Simón dijo a Jesús: “… mas en tu palabra echaré la red”. Cuando lo hizo, encerraron tantos peces que la red se rompía y pidieron a los de otra barca para que vinieran a ayudarles y, aún así, las dos barcas eran insuficientes para transportar tan grande pesca (Lc 5:4-8).
Cuando somos generosos como un acto de obediencia a Dios, Dios mismo produce como fruto lo que nosotros necesitamos sin depender de que inicialmente tengamos todas las condiciones para conseguirlo.
Seamos generosos para ver pescas milagrosas en nuestra vida; en el proceso veremos que se desarrollarán nuevas capacidades, como en este caso, la capacidad de creerle a Dios.
- La generosidad abre la puerta de la GRANDEZA
Isaías 32:8 dice: “Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.”
Con la misma vara que medimos seremos medidos (Lc 6:38), por lo que cuando medimos nuestra relación con los demos con la vara de la generosidad, con generosidad seremos medidos por los demás y por Dios mismo.
En Marcos 10:42-44 leemos el principio del darnos a los demás a través del servicio como una llave que abre la puerta de la verdadera grandeza:
“Así que Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, … Porque ni aún yo vine para que me sirvan, sino para servir y para dar mi vida en rescate por muchos. “
Este mismo Jesús que vino para servir es a quien Dios Padre posteriormente exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que eventualmente en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y toda persona confiese que es EL SEÑOR (Fil 2:9-11).
La puerta de la grandeza de Jesucristo se abrió con la llave de su generosidad al darse a la humanidad. El mismo principio aplica para todos nosotros.
- La generosidad abre la puerta del CICLO DE LA BENDICION
2 Corintios 9:10-11 dice: “El que suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.”
El deseo de Dios es que aprendamos a darnos a los demás así como vemos en el ejemplo de Jesucristo. El incentiva esto proveyéndonos en todo sentido para que en cualquier momento podamos ser generosos.
La provisión de Dios viene como una semilla, la cual tenemos que sembrar si queremos que haya fruto. La generosidad es la siembra que hacemos. Si retenemos la semilla para comerla y así satisfacer nuestra hambre del momento, nos perderemos del poder multiplicador que hay en sembrar la semilla.
La promesa de Dios es que El hará que seamos prosperados para poder tener las capacidades que nos hagan dar más a los demás. Si nosotros le demostramos que somos fieles siendo generosos aún en lo poco, cumplirá su promesa de bendecirnos más abundantemente (Mt 25:21).
El propósito de Dios es darse a conocer en aquellos que reciban nuestra generosidad, y al ser agradecidos con Dios abran la puerta de nuevas provisiones de Dios para todos los que participan de este ciclo de generosidad (Jn 6:10-11)
Hay un perfecto balance en este ciclo de bendición de generosidad que produce gratitud. La primer persona en participar de la bendición que se produce, es aquella que es generosa (1 Tim 5:18). Si damos, recibiremos (Lc 6:38).
¿Queremos abrir puertas de liderazgo, nuevas capacidades, grandeza, y bendción? Usemos más decididamente la llave de la generosidad. Así lo dice el principio en Proverbios 11:25:
“El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.”
Si desea contar con la grabación original de esta conferencia y la serie “Llaves de Abundancia”, solicítelo en info@grupoelcamino.org o visítenos en La REUNION DEL DOMINGO.
Si desea más información con respecto a tener un encuentro personal con Jesucristo o tiene cualquier duda sobre este tema, envíenos un mensaje.