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Lo que Soy por Gracia

  • LOS TRES REGALOS DE DIOS PARA RESTITUIR LO QUE SOMOS
  • por H. Chapa

 

“A El le doy todo el crédito de lo que he hecho en las grandes ligas y en las ligas menores.  (Sin embargo) yo no quiero ser recordado como un jugador de beisbol; para mí, fuera del campo es más importante que lo que soy en el campo.”   

– Albert Pujols (histórico pelotero de la MLB)

 

En cierta ocasión, Jesucristo contó una parábola sobre un padre que tenía un hijo que durante cierto tiempo de su vida no se condujo de acuerdo a su identidad.  Todo empezó cuando este joven le pidió a su padre que le diera la parte de los bienes que le correspondía, el cual lo hizo y el hijo se fue lejos.

Este joven desperdició todos los bienes viviendo perdidamente.  Cuando llegó una fuerte crisis económica al país, comenzó a faltarle todo a tal grado que aceptó un trabajo cuidando cerdos.  Era tan grande su necesidad que deseaba llenarse el vientre con la comida de los cerdos.

De repente volvió en sí, dándose cuenta que los sirvientes de la hacienda de su padre tenían sustento y alimento digno y en abundancia, mientras que él, siendo el hijo del hacendado, estaba denigrado y muriéndose de hambre.  Así que tomó la decisión de volver a casa, pedir perdón a su padre, y rogarle que le hiciera el favor de darle trabajo de jornalero.

Cuando llegó a la casa de su padre, él padre le vió de lejos y corrió hacia su hijo para abrazarle, y le besó.  El joven hizo como se había propuesto, pero el padre ordenó a sus siervos diciendo:

“¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo.  Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies.  Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” (Lucas 15:22-24)

Esta historia se conoce como la del hijo perdido, donde es el amor incondicional del padre el que hace posible que el hijo arrepentido sea restituido por completo. Cabe hacer la pregunta: ¿de qué estaba perdido?, ¿de los bienes que el hijo había pedido y luego perdido?

No; el hijo estaba perdido en su identidad.  De ser hijo de un gran señor, se condujo literalmente como cerdo, pues vivía con los cerdos y comía lo de los cerdos.  En sentido figurado, se conducía en una identidad de cerdo, muy lejos de su verdadera identidad.

Hay mucha riqueza detrás de esta parábola que relató Jesucristo. Una razón para haberla compartida es la importancia y la posibilidad de ser restituidos a nuestra verdadera IDENTIDAD.

El hijo arrepentido aprendió tres lecciones que siguen vigentes para nosotros hoy en dia porque aplican tanto a nuestras relaciones padre/hijo, como a la relación más importante que la de cada uno de nosotros con Dios:

  • — Al rechazar al padre, se distorsiona nuestra identidad
  •  .
  • — No podemos ganar por nosotros mismos lo que somos, una vez que se ha perdido
  •  .
  • — La gracia del padre restituye al hijo arrepentido

 

Hace dos mil años Jesucristo empezó a enseñar cambiando el paradigma religioso que imperaba en su cultura, de la de un Dios alejado o a quien debía de tenerse miedo a uno que es un padre perfecto de amor incondicional.  De ahí la frase inicial de la oración modelo que enseñó, que dice: “Padre nuestro que estas en los cielos …”.

Esto es lo que nos ha sucedido.  Somos como el hijo que pensando que su identidad consistía en elementos temporales, como los bienes que exigió, cambiamos la relación con Dios como padre por substitutos.  Pero al rechazar a Dios, de quien fuimos diseñados a su imagen y semejanza (Génesis 1:26), como consecuencia natural se distorsiona nuestra identidad.

En la parábola, el padre le hizo tres regalos a su hijo arrepentido los cuales representan tres regalos que la gracia de Dios nos otorga para restituirnos como hijos de Dios:

  1. Vestido, representa nuestra DIGNIDAD
  2. Anillo, representa nuestra AFILIACION
  3. Calzado, representa nuestro LLAMADO

Estos tres aspectos conforman nuestra identidad, y son restituidos por gracia, es decir, por el amor sin condición que Dios como padre tiene para con nosotros.  Como todo regalo, no se pueden adquirir, pero sí recibirse con gratitud.

Albert Pujols

Albert Pujols es un muy exitoso beisbolista de las ligas mayores que ha sido Novato del Año de la Liga Nacional, ha ganado dos Series Mundiales, y ha sido tres veces el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, poseyendo marcas históricas que sigue mejorando a sus 39 años de edad.

Pujols, como el hijo perdido, cierto dia decidió cambiar el rumbo sin Dios con el que llevaba su vida.  En el siguiente video, él mismo narra cómo el encuentro que tuvo con Jesucristo le abrió la puerta a descubrir su verdadera identidad como un hijo de Dios, restaurando la dignidad, la afiliación, y el llamado de su vida, la cual se ha convertido en un punto de referencia para los demás.

En el libro de Dios, la Biblia, se establece en Romanos 8:29 este principio: “… a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”.

Dios nos ha conocido como hijos perdidos pero nuestra condición actual no quita que sí hayamos sido diseñados por El para una identidad de plenitud como hijos de Dios, como es el caso de Albert Pujols.  La dignidad, la afiliación, y el llamado de tu vida consiste en verdades muy puntuales que puedes desarrollar en tu identidad.

Tu Dignidad

“¿Dónde está Dios?”, es una pregunta frecuente que la gente se hace cuando lo siente lejos, distante; y tienen razón.  Así como le sucedió al hijo perdido, su padre estaba distante debido a la decisión que él mismo tomó de romper relaciones con su padre e irse por su propio camino. Su parde no quiso eso.

Cuando el hijo perdido decidió volver a su padre, éste ordenó que le pusieran una vestimenta nueva.  Lo restituyó, lo dignificó quitando su condición de perdido por la de alguien aceptado. No le pidió que reparara el daño emocional que le causó, ni que pagara su deuda, simplemente lo eximió de toda culpa gratuitamente.

Esto significa ser salvado y ser justificado.

600 años antes de esta parábola ya Dios por medio del profeta Isaías había dictado este principio restaurador asociado al vestido en sentido figurado de la siguiente manera:

“En gran manera me gozaré en el SEÑOR, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación (me salvó), me rodeó de manto de justicia (me justificó), como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas”  – Isaías 61:10.

A lo largo de la Biblia, encontramos en qué consiste la “dignidad” que se deriva de ser salvado y eximido de culpa y su efecto en nuestra identidad como hijos de Dios a lo que estamos invitados a ser.  Atrévete a apropiártelo:

  • – Soy salvado y justificado por mi padre celestial (Genesis 3:21, Isaías 61:10, Romanos 3:23-26)
  • – Soy una nueva criatura (2ª Corintios 5:17)
  • – Soy diseñado para ser a la imagen de Jesucristo (Romanos 8:29-30)
  • – Soy más que vencedor (Romanos 8:31-37, 2ª Corintios 4:8-10)
  • – Soy la expresión de Jesucristo (2ª Corintios 2:14-15, Colosenses 3:3-4)

 

Tu Afiliación

Otra parte importante de nuestra identidad es nuestra pertenencia.   Desde la antigüedad, el anillo representa el grupo al que pertenece la persona quien lo porta, como la autoridad del gobierno al que pertenece un rey, o al matrimonio al que pertenecen los cónyuges que portan sus anillos.

También a lo largo de la Biblia encontramos esa parte de “afiliación” de tu identidad como hijo de Dios a la que fuiste diseñado:

  • – Soy hijo y miembro de la familia de Dios (Juan 1:12, Efesios 2:19)
  • – Soy heredero de Dios y coheredero con Jesucristo (Romanos 8:16-17, Gálatas 4:6-7)
  • – Soy ciudadano del reino de los cielos, y su orden es posible en mi vida (Filipenses 3:20)
  • – Soy protegido por Dios y el maligno no me toca (1ª Juan 5:18)
  • – Soy morada del mismo Dios del universo (1ª Corintios 3:16, 1ª Pedro 2.5)
  • – Soy representante de la autoridad de Jesucristo (Lucas 10:19)

 

Tu Llamado

La función laboral de una persona se determinaba por el calzado.  Aún hoy en dia, usamos el calzado adecuado para realizar mejor la tarea que tenemos por delante, así como un competidor de velocidad en hielo, usará patines como calzado y no cualquier otro zapato si es que desea tener éxito.

Para la “carrera” de nuestra vida, en la Biblia encontramos el diseño de nuestra identidad para saber quienes somos en la labor que tenemos por delante, y para la que Dios nos empodera para ser exitosos:

  • – Soy creado para todo lo bueno, no para fracasar con lo equivocado (Efesios 2:10, Romanos 6:22)
  • – Soy sal y luz de este mundo, preservador y guiador (Mateo 5:13-14, 1ª Tesalonicenses 5:5)
  • – Soy escogido por Dios para fructificar en lo que hago (Juan 15:16)
  • – Soy reconciliador entre Dios y los hombres (Mateo 5:9, 2ª Corintios 5:18-19, 1ª Pedro 2:11)
  • – Soy participante del llamado de Cristo (Hebreos 3:1,14, Juan 17:24)

 

Por su gracia soy lo que soy

De la misma manera que lo experimentó el hijo perdido, cuando decidió arrepentirse se econtró con la gracia de su padre, por medio de la cual le salvó de una vida y un destino perdidos hacia una vida plena y un destino que se derivó de recobrar su verdadera identidad.

Arrepentirse significa cambiar de dirección.  Gracia es el favor inmerecido que recibimos de otra persona por el simple hecho de amarnos incondicionalemente.  Cuando se combinan nuestro arrepentimiento con la gracia de Dios el resultado es una vida restituida.  Como en el caso de Albert Pujols, así ha sido el caso de muchos más, como el Apóstol Pablo que escribió con respecto a su identidad triunfadora:

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy…” – 1ª Corintios 15:10

Para nosotros hoy en día, la gracia de Dios se ha expresado por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien vino a enseñarnos cómo es que Dios como nuestro Padre que está en los cielos, nos restituye para ser lo que fuimos llamados a ser: sus hijos; y que esta posibilidad está en aceptar el regalo de gracia que Jesucristo vino a comprar pagando por nuestras faltas, errores y fracasos con su vida misma en una cruz hace 2,000 años.

La deuda de cada uno de nosotros como hijos perdidos fue pagada para que no haya ningún impedimento para recibir el regalo del padre de una vida abundante y eterna como hijos de Dios, restituidos desde su interior para ser lo que fuimos llamados a ser.

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Si deseas escuchar la conferencia completa en audio “Lo que Soy por Gracia”, o si quisieras mayor información sobre cómo tener un encuentro con Dios por medio de Jesucristo, escríbenos a info@grupoelcamino.org o ven a la:

Reunión del CAMINO el Domingo 11:45 am en el hotel JW Marriott Santa Fe, en Ciudad de Mexico.