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¿En Donde está tu Confianza?

  • CAPACIDAD QUE DA CONFIANZA
  • por Lorena Chapa

 

“Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios. No es que pensemos que estamos capacitados para hacer algo por nuestra propia cuenta. Nuestra aptitud (competencia) proviene de Dios.” – 2 Corintios 3:4-5

¿Qué es la confianza? El diccionario de la Real Academia Española dice que es “esperanza firme que se tiene en una persona o cosa”. También significa “confianza en sí mismo”. Significa creer, “soy aceptable y capaz”.

Tengamos presente que la medida de nuestra confianza es proporcional a la capacidad del sujeto en quien confiamos. Esta capacidad no solo se mide en potencia, sino en otros elementos como duración, cercanía y confiabilidad.

En 2da de Corintios 3:4-5 el Apóstol Pablo está asociando su confianza a la capacidad de Dios por encima de la suya propia. Este es un secreto de la confianza: en quien nos estamos apoyando. Él es el Dios Todopoderoso, el que es más que suficiente para suplir todas nuestras necesidades.

Las Escrituras nos enseñan que es mejor confiar en el Señor que confiar en simples mortales. Es mejor confiar en el Señor que confiar en gente poderosa (Salmos 118:8-9). Cabe aclarar, que lo que Dios está llamando nuestra atención en estos versículos es que nuestra dependencia, nuestra mirada, nuestra esperanza la pongamos en Aquel que nos ama, aquel que tiene misericordia, en aquel que está por todo aquel que pone su confianza en Él.

Cuando empezamos a conocer realmente quién es Dios a través de Su Palabra, nos damos cuenta que él no cambia (Malaquías 3:6), él es fiel a pesar de nuestra infidelidad, (2 Timoteo 2:13, Deuteronomio 7:9, Apocalipsis 19:11).  Muchas veces pensamos acerca de Dios bajo el paradigma que es igual a nosotros, pero no es así:: “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.” (Números 23:19)

Cuando comprendemos que “todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos” (Santiago 1:17) y que “no hay nada imposible para Dios” (Lucas 1:37) es cuando uno decide poner su vida y las cosas que nos importan y amamos en Sus Manos.

Jesús dijo: “separado de mí, nada podéis hacer” (Juan 15:5).  Esto no significa que no seamos capaces de hacer nada en absoluto, ya que él nos ha dado inteligencia, talentos y capacidades, sino que no seamos autosuficientes, que nuestra seguridad, tranquilidad y valía, no estén en las riquezas, o estado civil, o en nuestros logros y capacidades, ya que no tenemos nada seguro. Somos tan frágiles, tan pequeñitos y miopes, que no podemos ni imaginar ponernos al mismo nivel de aquel que creó todo el Universo y hasta el ser más pequeño del mar.

No tenemos que llegar a un estado de bancarrota en nuestras capacidades para darnos cuenta la necesidad que tenemos de Él. No importa lo que podamos hacer o no hacer. Sino dónde tenemos puesta nuestra confianza.

Muchas veces nos esforzamos demasiado para lograr cosas que importan en esta vida, y sólo nos agotamos, desmayamos y muchas veces perdemos la motivación, pero Él en su amor por nosotros, nos está diciendo, “pon tu mirada en mí”. Si Dios está con nosotros, nuestras deficiencias naturales no importan, ya que en él quién es suficiente para mi vida, está por mí.

La decisión de nuestra confianza o dependencia nos pertenece a nosotros mismos; cada quién debe escoger en quién o en qué depositarla. Si Él es la Roca, Escudo, el Dios que todo lo puede, todo lo sabe, quien está en todo lugar, si Él es el Salvador quien está por nosotros, podemos decir como dice en Proverbios 18:10 “A él correré y seré levantado”, ya que todo lo demás es arena movediza (Mateo 7:26).

Él es la única fuente de estabilidad (Salmos 87:7b y 16:8).

Apropiémonos las palabras del Salmo 34 y pasemos a un nivel mayor de confianza al comprender que la capacidad y el amor de Dios para con nosotros excede por mucho toda necesidad:

  • “Busqué al SEÑOR, y él me respondió; me libró de todos mis temores.
  • Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza.
  • Este pobre clamó, y el SEÑOR le oyó y lo libró de todas sus angustias.
  • El ángel del SEÑOR acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos.
  • Prueben y vean que el SEÑOR es bueno; dichosos los que en él se refugian.
  • Teman al SEÑOR, ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen.
  • Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al SEÑOR nada les falta.”

 

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