- CUANDO ES DIFICIL CONFIAR EN EL PLAN DE DIOS
- por Ryan Denison
¿Las noticias del día no hacen cuestionarte, aun por un instante, la autoridad de Dios en el mundo? Yo soy culpable al menos por hacer esta pregunta de vez en cuando, y dudo que yo sea el único.
Por ampliarlo un poco más, yo pienso que es una pregunta natural debido al incremento de la inestabilidad que sufre el mundo en estos días.
El presidente Trump y comandante en jefe del segundo armamento nuclear más grande del mundo, advirtió de que las futuras amenazas de parte de Corea del Norte “serán respondidas con fuego y furia como el mundo jamás lo ha visto” (Agosto 2017).
Corea del Norte amenazó con atacar la base estadounidense de Guam. En Francia seis soldados fueron heridos en un posible ataque terrorista después de que un BMW negro colisionara contra el vehículo que patrullaban. Y la inminente publicación de un nuevo informe acerca del cambio climático ya tiene defensores y opositores, así que ya nos estamos preparando para otra ronda de la misma y añeja pelea de siempre.
En medio de toda esta incertidumbre y de los conflictos que enfrentamos cada día, creyendo que Dios permanece en control y todavía tiene planes para este mundo y para todos los que en él habitamos, pocas veces ha sido tan importante o tan difícil.
Jeremías 29:11 es uno de los versículos más citados cuando la gente atraviesa tiempos como estos y por buenas razones. La promesa de Dios de que Él tiene un plan para ti y de que dichos planes son “prosperarte y no dañarte… darte una esperanza y un futuro” pueden proporcionar el tipo de tranquilidad y aliento necesario cuando la vida pareciera ser desolada. Desafortunadamente, ese versículo es uno de los que comúnmente son mal entendidos en los pasajes de la Escritura.
Verás, cuando Dios dice que tiene planes para ti, esos planes son para tu vida más que para el momento.
Porque nosotros vivimos en un mundo donde la gente abusa de su libertad y toda la creación ha caído juntamente con la humanidad, a menudo el poder más grande puede ser encontrado solamente al final de algunos de los tramos más complicados del camino.
Pero sólo porque la ruta es difícil no quiere decir que los planes de Dios para redimir las luchas por las que atravesamos no sean menos buenos.
Por ejemplo, cuando tuve cáncer, el plan de los doctores para sanarme era deshacerse por completo de la enfermedad. Sin embargo, puedo asegurarte de que su estrategia parecía cualquier cosa menos buena, por como yo la estaba pasando con los tratamientos.
Cuando la cirugía fue realizada para remover el tumor me dejó cicatrizado y dolorido, hubo tiempos en los que dude de la calidad del plan de los doctores.
Las seis semanas de radiación que siguieron me dejaron tan mal que era casi imposible dormir la mayoría de las noches sin medicación y hacía extremadamente doloroso soportarlo, y entonces yo seguía dudando de lo bueno que pudiera ser dicho plan. Y cuando yo me sentaba en esas salas de espera viendo a otras personas que la pasaban mucho peor que yo, como parte de la estrategia de sus médicos para curarlos, hubo ocasiones en que yo también dudaba de los planes de sus doctores.
Sin embargo, después de 5 años de vivir libre de cáncer y con dos hermosos hijos que, de ser de otra manera, podría nunca haber conocido, no tengo más esas dudas.
Lo ves, si los doctores hubieran estado preocupados de mi bien inmediato en lugar de mi panorama completo, yo posiblemente también estaría muerto o todavía sufriendo de una enfermedad que se iba a seguir expandiendo hasta llevarme a la muerte.
Alabado sea el Señor de que su plan fuera más grande que eso.
La estrategia de Dios acerca de nuestras vidas frecuentemente trabaja de la misma forma. Su fin último es prosperarnos y no dañarnos, para darnos esperanza y un futuro, pero eso significará seguramente experimentar por distintos periodos de tiempo en los cuales sus planes parecieran ser muy distintos de ello.
Cuando esos momentos lleguen, será natural dudar de la buena voluntad de los planes de Dios. Sin embargo, si nosotros podemos mantener la fe necesaria para caminar con Él en obediencia, aun cuando esa obediencia sea dolorosa, verás que valdrá la pena al final.
Así que la próxima vez que comiences a dudar del plan de Dios para tu vida y para el mundo que te rodea, pídele que te ayude a visualizar tus circunstancias a través de sus ojos para darte la fe necesaria para confiar en que Él ve lo que tú no ves.
Hay poder y paz al confiar en la perspectiva de Dios. ¿Serán el poder y la paz también tuyos el día de hoy?
- “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes—afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”
- – Jeremías 29:11 (NVI)
Si deseas más información sobre como transitar con Dios aún en los momentos de mayor crisis, o tener un encuentro personal con El, visítanos en la REUNION DEL DOMINGO, o envíanos un mensaje a info@grupoelcamino.org.