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Carrera de Fe

  • vallasPASAR SOBRE 3 OBSTACULOS QUE NOS DESAFIAN EN LA VIDA
  • por Hugo Chapa

 

La vida es como una carrera de vallas, donde para ser exitosos no solamente basta con correr más rápido sino saber saltar los obstáculos.

 

En ocasiones nos gustaría que no hubiera desafíos, quisiéramos eliminarlos, pero esta carrera tiene la característica que su ganador es el que llega a la meta habiendo vencido cada obstáculo, no sacándoles la vuelta, no yendo por debajo de ellos, siendo impulsándose por encima de ellos cual victoriosos.

Cierta ocasión que Jesucristo daba instrucciones de vida a sus discípulos llegó a una lección sobre el perdón. Les dijo que si su hermano pecaba contra ellos y se arrepentía debía ser perdonado. “¿Cuántas veces debo perdonar?, ¿hasta siete?” – preguntó uno de ellos. Jesús respondió: “no solo siete sino setenta veces siete” (Lucas 17:3-4). Tal fue el asombro de oír un número tan grande que les llevó de inmediato a hacer una gran petición a Jesús para poder lograr lo que Jesús les pedía: “Señor, auméntanos la fe” (Lucas 17:5).

Así como en esta lección, en la carrera de la vida nos enfrentamos a situaciones que nos desafían a seguir avanzando. Situaciones que son vallas que nos perturban por lo ilógico, indeseable, o difícil de hacer lo que tenemos que hacer para extendernos a nuestra meta.

Estas son las 3 D’s de los Desafíos para avanzar en la carrera:

1. Deseo

Muchas veces la valla se presenta como una lucha de emociones. Quisiéramos mejor no sentirlas pero así como la valla en la carrera no está para sacarle de vuelta, sino para saltarla, hay que pasar por encima de la lucha de emociones, esa que se da cuando sabemos que tenemos que hacer algo pero no lo deseamos. Por ejemplo, en temas como la ofensa, sea la que haya sido el principio de libertad que aplica es liberar el perdón, pero sin duda que nos resulta indeseable hacerlo aunque sepamos que nos conviene o incluso sepamos que ello agrada a Dios. Tengamos la razón o no, simplemente no sentimos hacerlo. La valla de lo indeseable debido a las emociones contrarias es un obstáculo que debemos enfrentar y pasar por encima sea tan desagradable, doloroso, o frustrante como sea. ¿Cuál es la mejor herramienta para poder hacerlo?

  1. Duda

Otra valla que se presenta es la batalla del razonamiento. No siempre el obstáculo que tenemos en frente lo vamos a entender, como los discípulos pensaron que era el perdonar reiteradamente a un ofensor; simplemente no es lógico. Tampoco siempre sabemos por qué apareció el problema, cuánto tiempo durará, o si lo merecemos o no. Hay situaciones que no somos capaces de analizar a cabalidad pero eso no significa que tengamos la forma de sacarles la vuelta. Aunque no tengamos el control de algo por faltarnos todas las respuestas no nos exime de tener que enfrentarlo, por más vulnerables que nos sintamos. La valla de la duda es un obstáculo que debemos enfrentar y pasar por encima sea tan ilógico, complicado o incómodo que sea. ¿Cuál es la mejor herramienta para poder hacerlo?

  1. Dificultad

Una tercer gran valla es la guerra contra el miedo. Esta a veces se presenta de manera sútil, no como un gran temor pero sí como la impresión de que algo es muy difícil de lograr y nos derrota desde nuestra actitud. Es claro que hay cosas que sí son imposibles pero cuando tenemos la garantía de que algo sí se puede realizar (sea por la experiencia de otros o por ser una verdad fundamentada) pero aun así lo vemos muy difícil, ahí hay miedo escondido. El miedo tiende a paralizar, pero es algo que debemos enfrentar incluso cuando se conjuga con la duda, “¿podré o no?”, y con las emociones contrarias, “¿por qué hacer algo que no siento hacer?”; ambas cosas, miedo y falta de deseo crean una montaña de dificultad. ¿Con qué podemos hacer frente a todo esto?

La respuesta a estos tres obstáculos la dieron los discípulos: más fe.

¿Por qué fe? Porque la fe es la decisión de creer y actuar apoyado en el respaldo de algo que es superior a tus obstáculos. Ese “algo superior” puede ser el conocimiento, capacidades de todo tipo, pero sobre todas las cosas está el mismo Creador. La fe en Dios hace que él intervenga para darnos el impulso y la dirección que por nosotros mismos es insuficiente. En Marcos 9:23 Jesús le dijo a un hombre que buscaba soluciones: “si puedes creer (a Dios), al que cree todo le es posible.”

La fe no nos entrega mágicamente la meta sino que nos impulsa para vencer los obstáculos para llegar a la meta. En el capítulo 11 de la carta a los Hebreos se cita la definición de fe y un recuento de casos de personas que se condujeron por fe en la carrera de sus vidas. Destacamos el siguiente resumen de qué clase de metas ellos alcanzaron mediante la fe (Hebreos 11:33-35):

  • – Conquistar reinos
  • – Hacer justicia
  • – Alcanzar promesas
  • – Tapar bocas de leones
  • – Apagar fuegos impetuosos
  • – Evitar filo de espada
  • – Sacar fuerza de la debilidad
  • – Hacerse fuertes en medio de la batalla
  • – Poner en fuga ejércitos extranjeros
  • – Recobrar lo que murió mediante el poder de la resurrección
  • – Soportar el tormento a fin de recibir una mejor vida

 

Las personas que lograron todo esto se enfrentaron a las luchas del deseo, duda, y dificultad pero echaron mano de la fe para no detenerse en su camino a la meta.

Las vallas en la carrera de obstáculos pudieran verse muy grandes, pero si están ahí son enfrentables con un poder superior. Solo tenemos que prepararnos, tomar más velocidad e impulsarnos hacia arriba con un gran salto de fe en Dios, lo cual es posible a través de Jesucristo (Juan 14:6).

 

 

Si desea contar con la grabación original de la conferencia completa “Aumenta mi Fe”, solicítela en info@grupoelcamino.org o visítenos en la Reunión del Domingo en donde al reunirnos para buscar juntos a Dios se fortalece nuestra fe.

 

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