- LAS 4 C’S DE LA FE
- por H. Chapa
¿Qué viene a la mente de la gente cuando mencionamos la palabra “fe”? Generalmente se asocia la fe con una esperanza, una religión, o una noble creencia a la que nos aferramos de corazón. Una de las mejores figuras que ejemplifican lo que es la fe es la del proceso de sembrar una semilla.
A simple vista, una semilla es insignificante, pequeña, sin embargo contiene concentrado el poder de la vida. Tiene una capacidad para transformarse en un ser vivo completamente distinto a su apariencia, diseñado para crecer, fructificar, multiplicarse, y tener su realización siendo parte y contribuyendo a todo un ecosistema.
El poder de la vida está contenido en la semilla, pero se requiere sembrarla y cultivarla con disciplina mientras está bajo tierra, donde no se ve. Un agricultor toma la decisión de enterrar sus semillas, aparentemente perdiéndolas bajo tierra, porque conoce el potencial de ellas y el resultado que puede esperar si sigue los pasos correctos.
Así es la fe, como una pequeña semilla que se siembra, perseverando en cultivarla aunque no vemos nada, sin ansiedad sabiendo que el resultado vendrá, y cuando menos lo esperamos surge una planta la cual crece y en su momento nos recompensa con fruto (Marcos 4:26-29).
La definición bíblica de fe se encuentra en Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Fe es la decisión de creerle a Dios sabiendo qué esperar al tomarla, confiando en él, y haciéndose evidente por las acciones que se realizan para cultivar dicha fe.
Hay 4 elementos básicos que componen la fe. Estas son las 4 “C’s” de la fe:
1. CERTEZA
Como en el caso del agricultor, la fe es un proceso al cual entramos debido a la certeza que tenemos del resultado que se puede obtener.
Fe no es solo creer en Dios, es creerle a Dios, y en la Biblia está registrada Su Palabra, la cual nos da certidumbre de qué esperar cuando decidimos darle el lugar a Dios. Salmos 19:7-8 afirma que “el mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo… y es claro: da luz a los ojos”.
La Palabra de Dios es la semilla que contiene el poder de la vida, por lo que cuando la sembramos, estamos invirtiendo en un poder transformador para nosotros (Lucas 8:11, Juan 6:63).
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera …” (Hebreos 11:1)
2. CREER
“… la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1)
Creer no es suponer, no es pensar; creer es tener convicción. La convicción es la decisión que surge del conocimiento de saber qué esperar, aún y cuando no vemos el resultado, así como cuando cultivamos la semilla sin ver su proceso de transformación ni la planta que de ella surgirá.
Lo opuesto a tener convicción es la incredulidad. No creer es no tener la convicción de algo que es posible, y si no es posible, no nos va a suceder.
Los evangelios registran cómo Jesucristo realizó muchos milagros en su vida, sin embargo, hubo cierto lugar donde no los hizo, aún y cuando él tenía la disposición de hacerlos. Mateo 13:58 resume la razón de esto: “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.”
La llave para abrir la acción de Dios en nuestras vidas es tener convicción de Su Palabra, erradicando la incredulidad de nuestro corazón.
3. CONFIAR
Así como la fuente de la convicción es la certidumbre de qué esperar, la certidumbre que viene de la Palabra de Dios tiene como fuente confiar en la Persona de Dios. Confiar en Dios es confiar tanto en sus promesas como en sus mandamientos. Confiamos en sus promesas esperando y agradeciendo su cumplimiento, y confiamos en sus mandamientos al obedecerlos.
Sus promesas nos dan la garantía de Dios de qué esperar. Números 23:19 dice: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”
Sus mandamientos nos indican la parte que nos toca hacer, la cual Dios respalda haciendo su parte. En cierta ocasión que los discípulos de Jesús, expertos en su oficio de pescadores, no habían tenido éxito toda la noche intentando pescar, atendieron la órden de Jesús de volverlo a intentar por encima de sus propias opiniones o conocimientos humanos. Simón Pedro, su discípulo le dijo: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5). El resultado de confiar en Jesús fue una pesca milagrosa
Dios es fiel respaldando su Palabra, y eso lo hace confiable. Confiar en Dios hace que dejemos de depender de nuestros resultados y abramos la puerta a los resultados del trabajo de Dios por nosotros. “Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en él; y él hará.” (Salmos 37:5)
4. CAMINAR
Finalmente, así como el agricultor pone manos a la obra cultivando durante el tiempo que sea necesario sus semillas, la fe está completa cuando llevamos a la práctica el conocer, creer y confiar en las promesas y mandamientos de Dios
Santiago 2:22 (NVI) dice: “Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo”. Las decisiones se materializan con acciones. Las acciones separan a los realizadores de los soñadores bien intencionados.
Caminar en fe se traduce en la perseverancia de acudir a Dios en oración confesando sus promesas y pidiendo su misericordia; es esperar a que él actúe agradeciendo de antemano lo que su Palabra dice; es poner en práctica sus mandamientos conscientes que no es un pago que hacemos por su intervención sino el reconocimiento de que El es Señor independientemente de las circunstancias que vivimos hoy y vivamos en el futuro.
La fe es el recurso más valioso que podemos tener para enfrentar con éxito los desafíos de la vida y lograr la meta de nuestra existencia. La vida es una Carrera de Fe.
Como el agricultor que siembra, cultiva su semilla y obtiene frutos, ejercitemos nuestra fe en Dios por medio de Jesucristo. Jesucristo dijo: “si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20).
Si desea contar con la grabación original de la conferencia completa “Aumenta mi Fe”, solicítela en info@grupoelcamino.org o visítenos en La REUNION DEL DOMINGO
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